La muestra ‘Y.Como’ de lo evanescente y leve a lo estable y definido permanecerá en la Casa de la Cultura hasta el 12 de noviembre.
El teniente de alcalde de Los Realejos, Adolfo González, y la concejala de Cultura, Isabel Socorro, presentan esta semana la exposición ‘Y.Como’, con la firma conjunta del pintor Roberto Batista y el escultor Medín Martín, ambos de origen palmero, que albergará hasta el próximo 12 de noviembre la Casa Municipal de la Cultura y que se podrá visitar desde este 30 de septiembre de lunes a viernes de 09:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas.
Se trata de una muestra integrada por dos miradas distintas de la existencia, dos diálogos diferentes con la naturaleza, tras haber dedicado sus autores buena parte de su vida a sus respectivas disciplinas. ‘Des-signación’ en las pinturas de Roberto Batista y ‘Atrapa’ en las esculturas de Medín Martín son los nombres de las colecciones que ofrecen en Los Realejos.
Isabel Socorro aludió a “la coordinación para traer esta rica muestra al municipio desde antes de la pandemia, período que luego marcó la imposibilidad de concretar el traslado de las obras para el montaje y que finalmente se ha hecho realidad, con el lujo de contar con estas dos firmas palmeras en nuestro bagaje y oferta cultural, justamente en días en que todas las miradas las dirigimos a su isla nueva situación complicada como es la de la erupción volcánica”.
Recuerda la concejala que “cumpliendo con los estrictos protocolos de seguridad y prevención sanitaria marcado por las autoridades competentes, esta exposición abre una nueva ventana a la esperanza en el proceso de recuperación de la normalidad en el ámbito cultural y es un dulce aporte más de calidad a nuestra programación de ‘Golosinas culturales’ que en la medida de lo posible hemos intentado mantener”.
Expresión pictórica y escultórica
En la pintura de Roberto y en la escultura de Medín, no solo podemos disfrutar de la expresión de sentimientos estéticos y artísticos. Las obras de los dos autores responden a la actitud ante la vida, a la concepción de la existencia que posee cada uno de ellos. Una idea de la existencia diferente, que se antoja más positiva y contagiosa, en Medín; más silenciosa y reflexiva, en Roberto. Los espectadores, diversos, tendremos la opción de identificarnos con una concepción más pasional, la del escultor; o con una más existencial, la del pintor. Algunos, incluso, podemos captar, reflejados en las dos obras, momentos distintos de nuestra experiencia personal, instantes o etapas que se han ido conjugando a lo largo de nuestra vida.
Medín concibe sus piezas como una existencia formada por realidades que, durante el proceso de creación, sufren una hermosa metamorfosis hasta dar origen a nuevas formas de vida que signifiquen modernos e innovadores avances, grandes y profundos progresos. La pintura de Roberto persigue comunicar la idea de que una existencia digna y humana solo es posible desde la resistencia. Siguiendo las ideas de Gilles Deleuze, el pintor nos dice: “Debemos resistir al presente, a una actualidad plana, transparente y positiva, y hacerlo desde el recogimiento, la reflexión y la toma de conciencia, desde la profundidad de lo marginal”.
Para materializar esta forma de interpretar el mundo y de posicionarse ante él, los dos artistas se funden en un tierno abrazo con la naturaleza. Medín dialoga con la madera mientras va modelando distintos elementos relacionados con el mundo orgánico. Son realidades diferentes que se convierten en metáforas de nuestra sociedad plural; realidades que se vinculan con la ciencia y la tecnología, y que se encaminan hacia una vida sostenible e inteligente.
Roberto viste sus lienzos con tres elementos naturales –el Agua, el Aire y la Tierra– que, junto con el Fuego, constituyen las energías arquetípicas que influyen en nuestra conciencia y forma de entender el mundo, en nuestra capacidad para sobrevivir, pues constituyen la síntesis de todas las manifestaciones físicas y psíquicas de cada ser. El Agua, el Aire y la Tierra son los protagonistas de estos cuadros en los que el pintor nos presenta un único lugar abstracto y universal que se convierte en anclaje de esta serie que se incluye en un proyecto mayor, continuo, que lleva por título Re-sistencia.
Para Medín, el universo y la naturaleza responden a un orden y se asemejan a una cadena cuyos eslabones corresponden a las causas y a los efectos que originan las distintas realidades. Él considera que existe un orden natural y racional de las cosas y defiende, como Séneca, que “la armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias”. La idea que Roberto tiene de la naturaleza está lejos de esa concepción estoica de Medín. Nuestro pintor cree que en el mundo natural reina el desorden, el caos, la aleatoriedad. Él, como Italo Calvino, piensa que el universo es un todo que “se precipita sin remedio en un torbellino de entropía”.